Para poner fin a la violencia de pareja y poder ayudar a las personas involucradas, es indispensable que se hable de ella y se haga visible.
Durante mucho tiempo, este fenómeno permaneció encerrado en la esfera privada, pero con el paso de los años se ha convertido en un tema de debate público. Esto se debe sobre todo al compromiso de los movimientos feministas, que han puesto de relieve la situación específica de las mujeres frente a la violencia que sufren por parte de sus parejas masculinas.
Actualmente, la violencia en las parejas heterosexuales es objeto de investigación y cobertura mediática; es la más destacada en los programas de prevención y en las políticas públicas. Pero la violencia de pareja también puede afectar a las personas LGBTQIA+ y es importante que se sientan libres, legitimadas y tengan la confianza necesaria para contactar con los servicios de ayuda existentes y romper el silencio.
Del mismo modo, las personas especializadas en este campo deben disponer de las herramientas y la información necesarias para tener en cuenta las especificidades del proceso de las personas LGBTQIA+.
www.violenzachefare.ch cuenta con un equipo de personas especializadas en cuestiones de violencia de pareja LGBTQIA+.
Al tener que hacer frente a muchas formas de discriminación en nuestra sociedad, las personas LGBTQIA+ corren un mayor riesgo de sufrir diferentes formas de violencia a lo largo de su vida (desigualdad de derechos ante el matrimonio y la adopción, discriminación en el mercado laboral, en el ámbito escolar y en los servicios sanitarios, rechazo por parte de la familia, agresiones físicas y sexuales, insultos, falta o ausencia de representación, etc.). Este contexto particular puede generar dificultades específicas para las personas LGBTQIA+ que se enfrentan a una situación de violencia de pareja. Por lo tanto, es aún más difícil reaccionar y pedir ayuda.
Nunca es fácil para las víctimas o para quienes ejercen violencia en las relaciones de pareja hablar de ello con las personas de su alrededor y pedir ayuda. Muchos factores hacen que este paso resulte aún más difícil para las personas LGBTQIA+.
- Las personas cercanas, conocidos y familiares, no siempre están al tanto de la relación. Hablar de la violencia significa tener que salir del armario ante la familia, las amistades o ante la gente del trabajo.
-Cuando se decide pedir la ayuda de profesionales, es necesario revelar la propia orientación sexual o afectiva y/o la propia identidad de género a los servicios de ayuda y a la justicia. Esto puede resultar un freno.
- La persona que ejerce la violencia también conoce a las amistades de la víctima. Eso hace que la gente cercana prefiera mantener cierta distancia con respecto a esta situación para no ponerse del lado de nadie. Por lo tanto, encontrar personas de confianza en las que apoyarse puede resultar difícil.
- Las personas LGBTQIA+ pueden sentirse especialmente aisladas si se enfrentan a la violencia en la relación de pareja.
No todas las personas que trabajan en los servicios sociales, sanitarios o jurídicos están suficientemente formadas para acoger a las personas LGBTQIA+, esto puede tener consecuencias significativas en la calidad de la atención y el acompañamiento de las personas involucradas. Además, muy a menudo las acciones de sensibilización y prevención para el público en general se dirigen únicamente a las personas heterosexuales y cisgénero. Estos factores pueden contribuir a que las personas LGBTQIA+ estén menos informadas y/o se sientan menos cómodas y/o menos legitimadas para pedir ayuda profesional y romper el silencio.
www.violenzachefare.ch dispone de un equipo de personas especializadas en cuestiones de violencia en parejas LGBTQIA+.
La violencia de pareja puede adoptar diversas formas (física, psicológica, sexual o económica), en particular, puede manifestarse en forma de amenaza de «revelar» la orientación sexual o afectiva y/o la identidad de género y/o la relación (salir del armario a la fuerza), lo que puede tener graves consecuencias emocionales, profesionales y familiares, dependiendo del contexto de la persona involucrada.
Para cualquier persona, LGBTQIA+ o no, la llegada de un/a hijo/a es un acontecimiento que puede modificar la dinámica de la pareja y provocar o revelar tensiones y divergencias entre los miembros de la pareja. No te aísles y no te quedes solo/a.
Aunque el derecho suizo permita actualmente la adopción conjunta o la adopción del hijo/a de la pareja o esposo/a, sigue habiendo muchas situaciones en las que solo la figura parental biológica y no la otra (padre o madre no estatutario/a) es la única persona inmediatamente reconocida jurídicamente como padre/madre por las autoridades suizas, especialmente en las relaciones internacionales en caso de gestación por cuenta ajena o durante todo el proceso de adopción. En estos casos, la ausencia de reconocimiento jurídico de la otra persona (padre o madre no estatuario/a) crea una asimetría dentro de la pareja. Esto puede provocar un sentimiento de inseguridad en la figura parental no reconocida o incluso crear una relación de poder entre la figura parental reconocida por la ley y la que no lo es.
En caso de violencia, la figura parental no reconocida puede temer ser separada de sus hijos/as si pide ayuda o presenta una denuncia.
Las «familias arcoíris» también pueden tener la impresión de que deben ser aún más perfectas que las demás para evitar críticas. En este contexto, también puede ser difícil hablar de disfunciones en la pareja.