¿Oyes gritos y llantos en la casa de tus vecinos? ¿Una persona que trabaja contigo parece acosada por las llamadas telefónicas incesantes que recibe de su pareja? ¿Crees que un amigo no trata correctamente a la persona con la que está? ¿Tu cuñado asusta a tu hermana rompiendo objetos dentro de casa? ¿Una paciente te consulta por unas heridas sospechosas?
No es fácil reaccionar cuando se es testigo o se sospecha de una situación de violencia de pareja. A menudo uno se siente incómodo e impotente. No queremos entrometernos en la vida de los demás y tenemos miedo de decir lo que no debemos. Pero la violencia es destructiva y está prohibida por la ley. Es muy importante ayudar a las personas involucradas a romper el silencio. Esta página web te permite comprender mejor este fenómeno y te ayuda a afrontarlo.
Nadie permanece insensible ante la violencia. Cada persona reaccionará según su sensibilidad y su experiencia. Ser testigo de la violencia desencadena una mezcla de emociones, a veces contradictorias: ira, rebelión, incomprensión, impotencia, culpa, decepción, etc.
No hay que negar o reprender los propios sentimientos, sino escucharlos y prestar atención para evitar que nos hagan dudar, minimizar, juzgar, dramatizar la situación o incluso querer cambiarlo todo en lugar de la persona a la que queremos ayudar.
Una de cada cinco mujeres sufre violencia física o sexual por parte de su pareja a lo largo de su vida. Dos de cada cinco mujeres sufren violencia psicológica. La violencia de pareja afecta tanto a mujeres suizas como a extranjeras, de todas las edades y condiciones sociales. Los hombres también se ven afectados por este fenómeno.
La violencia en las relaciones de pareja a menudo se alimenta del silencio y de la negativa a ver lo evidente.
¿No te atreves a hablar de ello? ¿Tienes miedo de equivocarte?
Recuerda que tu apoyo puede ser determinante y no dudes en pedirnos consejo. Una palabra o un gesto en el momento adecuado puede ser suficiente para empezar a cambiar una situación de violencia. A menudo es mejor intervenir en vano que esperar a que sea demasiado tarde.
En violencequefaire.ch puedes hablar de la situación de la que eres testigo y pedir consejo o información de forma anónima a personas especializadas en este ámbito. Recibirás buenos consejos para ayudar a la persona que conoces de manera adecuada.
Una persona víctima de violencia de pareja vive una situación difícil y dolorosa. Tiene miedo, vergüenza y se siente sola. Podrá salir del silencio si tiene el sentimiento de que la van a creer y a escuchar sin juzgarla.
Hablar de lo que se vive, de su sufrimiento, no es fácil para la víctima. Es necesario mostrar receptividad y establecer una relación de confianza para que la persona se atreva a hablar de ello. Confiarse y revelar los hechos es doloroso y la información debe permanecer confidencial si la víctima quiere que así sea.
Es conveniente tomarse el tiempo necesario para escuchar a la persona que sufre violencia, en ausencia de la pareja y en un lugar propicio en el que sabemos que no nos van a interrumpir o a molestar.
A menudo es necesario romper el silencio que rodea a la violencia. Para abordar el problema de forma gradual, se puede hablar de la relación en general, preguntar qué ocurre cuando hay un conflicto en la pareja o averiguar si la persona se ha sentido alguna vez en peligro en su propia casa.
Afirmaciones vagas como «Tengo problemas en casa» son un ejemplo de las llamadas de auxilio de una persona que sufre violencia. Deberían animarnos a preguntar y profundizar más.
La violencia somete a las personas a un fuerte estrés, incluso a un estado de shock. A veces, la persona que ha sufrido violencia parece muy desconcertada y puede comportarse de manera sorprendente. En la mayoría de los casos, este estado de ánimo es consecuencia de la violencia sufrida y no su causa. Cuando la víctima empieza a hablar, es importante aceptar su historia y sus emociones a medida que van saliendo, sin juzgarlas. Puede que la persona esté muy emocionada o, al contrario, dar la impresión de no sentir nada. Sus sentimientos son complejos y, aunque nos parezcan contradictorios, es perfectamente normal. Lo que no es normal es la situación que está viviendo.
Hay que tomarse en serio a las víctimas y creer lo que nos dicen. Negar la violencia sufrida, restarle importancia o dudar de ella puede causar mucho daño.
La violencia es grave y está prohibida por la ley. No importa cuáles sean las razones invocadas, la violencia es imperdonable. Nadie se merece sufrir violencia. Es necesario posicionarse siempre en contra del uso de la violencia, de lo contrario es como si indirectamente la respaldáramos. Sin embargo, condenar los actos de violencia no significa condenar a la persona que los comete en su totalidad.
La víctima nunca es responsable de la violencia de su pareja. La persona que ejerce la violencia es la única responsable de sus actos. Sin embargo, la víctima tiene la responsabilidad de tomar medidas para garantizar su seguridad y la de sus hijos/as, si fuera necesario. La persona violenta también es responsable del bienestar y la seguridad de sus hijos/as.
No debemos olvidar que la víctima hace todo lo posible para sobrevivir en un entorno hostil. No nos corresponde decirle lo que debe hacer ni emprender procedimientos en su lugar. Se trata de intentar entenderla sin culparla, respetar sus decisiones y reforzar el sentimiento de que su vida le pertenece.
Si tienes dudas o preguntas sobre la situación de la que eres testigo, en esta página puedes escribir de manera anónima para recibir consejos de personas especializadas en ayudar a las víctimas de violencia de pareja. No dudes en hacernos llegar tus preguntas.
Recordemos que la mayoría de las personas, con un poco de ayuda, pueden superar las dificultades. Incluso las víctimas de violencia, a pesar de las apariencias, tienen recursos y la capacidad de resistencia que les ayudan a sobrevivir. No podemos resolver la situación en su lugar. Pero podemos, dentro de nuestras posibilidades, ayudarlas a canalizar su energía no solo para hacer frente a la violencia, sino para salir de ella.
Una persona víctima de violencia necesita…
La primera prioridad es garantizar la seguridad de la víctima y la de sus hijos/as. Mientras se sienta en peligro, no podrá focalizar su atención en las soluciones existentes.
¿Qué hacer?
- Puedes hacerle llegar el plan de emergencia disponible en esta página web
- Puedes llamar a la policía en caso de peligro
- Puedes ofrecerle alojamiento o ayudarla a encontrar un lugar seguro donde quedarse
La víctima tiende a minimizar su situación, a decirse a sí misma que no es tan grave. A menudo se disculpa y defiende a su pareja o se considera responsable de la violencia. Espera que, si ella cambia algo, la persona violenta dejará de comportarse de forma violenta.
¿Qué decir?
- La violencia es grave, le perjudica la salud y el bienestar de los hijos/as
- Ningún motivo justifica el uso de la violencia
- La persona que ejerce la violencia es la única responsable de sus actos, es ella quien debe cambiar
- La persona violenta necesita apoyo externo para poner fin al comportamiento violento
Los actos de violencia son delitos castigados por la ley. Cualquier ataque a la integridad de la pareja es procesado, ya sea físico, sexual o psicológico (insultos, amenazas, etc.). En caso de violencia, la víctima tiene ciertos derechos, entre ellos el de abandonar el domicilio común y llevarse a sus hijos/as. Encontrarás información en la sección «Qué dice la ley».
¿Qué hacer?
- Dile que la violencia está prohibida por la ley
- Dile que la víctima tiene derechos (incluido el de abandonar el domicilio común)
- Dale la dirección del centro LAVI que ayuda a toda persona víctima de infracción, incluso si no tiene permiso de residencia válido, o dale la dirección de un centro de acogida para personas víctimas de violencia de su región.
Bajo la presión de la pareja o por querer ocultar su situación, la víctima se aleja poco a poco de la familia y de las amistades. La gente cercana se siente incómoda o teme represalias, no sabe qué hacer. Este aislamiento es muy peligroso porque la pérdida de puntos de referencia externos favorece la manipulación de la pareja. La víctima se siente atrapada en la relación, sin posibilidad de hacer evolucionar la situación. Tiene la impresión de que nadie la entiende y se siente sola.
¿Qué hacer?
- Llámala para saber de ella, anímala a hablar
- Muéstrate disponible para la víctima, proponle quedar, sin la presencia de la pareja
- Dile que no está sola, que se le puede ayudar (la víctima estará más receptiva a este mensaje después de un episodio de violencia)
- Háblale de violencequefaire.ch para que pueda confiarse de forma anónima a personas especializadas
- Dale las direcciones de los servicios de ayuda
- Anima a la persona a quedar con familiares y amistades para que esté menos aislada
Podemos informar a la víctima de las alternativas a la violencia y hablar con ella de las posibles opciones. Es necesario dejarle tiempo, no forzarla a hacer nada. La víctima debe identificar sus necesidades para recuperar el control de su vida. Necesita poder contar con la presencia de alguien que respete sus decisiones y su ritmo.
Las idas y venidas o el acercamiento y alejamiento hacia la pareja pueden desconcertarnos, pero son parte del proceso.
¿Qué hacer?
- No le digas que se olvide o que pase a otra cosa
- Ayúdala a identificar sus necesidades
- Recuérdale que no puedes saber mejor que ella lo que necesita
- Muéstrate paciente
- Sigue apoyándola, aunque haya vuelto con la persona que ejerce la violencia
- No pienses que ya lo has intentado todo y que nunca querrá dejar a la persona violenta
Aunque la persona víctima no esté considerando denunciar a su pareja, podría cambiar de opinión más adelante. Conservar pruebas podría serle útil llegado el momento.
¿Qué le aconsejo?
- Anotar con detalle los hechos de violencia, incluidas las amenazas, y fecharlos
- Solicitar un certificado médico completo que describa las lesiones físicas y el estado psicológico de la víctima
- Fotografiar, en la medida de lo posible, las consecuencias de los actos de violencia (hematomas, heridas, daños materiales, rastros de sangre, etc.)
- Conservar las pruebas materiales, como la ropa rota o manchada, los mensajes, los audios o las capturas de pantalla de estos
Las personas cercanas desempeñan un papel esencial para ayudar a las víctimas de violencia a salir del silencio y del aislamiento. Pero también tienen sus límites y no pueden ocuparse de todo.
Existe una red de profesionales especializados que brindan apoyo a las víctimas. Es conveniente animar a la persona a que consulte estos servicios, que pueden ayudarla a hacer un balance de su situación y de los mejores medios para protegerse a sí misma y a sus hijos/as.
Los servicios especializados (centros de acogida para víctimas de violencia y centros LAVI) ayudan a todas las víctimas, incluso si no tienen recursos o un permiso de residencia válido. Ofrecen información jurídica, apoyo social y psicológico y ayuda para emprender cualquier procedimiento. Los centros LAVI también pueden proporcionar ayuda económica de emergencia.
Según la situación, las personas víctimas de violencia, junto con sus hijos/as, pueden beneficiarse de una vivienda de emergencia protegida en centros de acogida especializados en violencia de pareja (Solidarité Femmes en Ginebra, Neuchâtel y Friburgo, Centro de Acogida MalleyPrairie en Lausana). Estos centros acogen solo a mujeres víctimas de violencia en la pareja, con o sin hijos/as. Otros centros sociales también pueden ofrecerles acogida, al igual que acogen a otras personas que viven otro tipo de situaciones de crisis. Aunque la gestión de estos lugares de alojamiento puede variar mucho, todos ofrecen un período de tregua y retiro para que las víctimas puedan reflexionar sobre su situación y las alternativas a la violencia.
En caso de episodios violentos, no hay que dudar en solicitar la intervención de la policía llamando al 117. Además, tras las disposiciones legales que entraron en vigor en 2004, la mayoría de los actos violentos en las relaciones de pareja se persiguen de oficio.
Si quieres denunciar el caso del que tienes conocimiento, es mejor hablar primero con la víctima (todo profesional debe primero ser eximido del secreto profesional, a menos que la seguridad de menores esté en peligro). La víctima puede poner una denuncia directamente a la policía y denunciar la violencia.
Los centros LAVI pueden ofrecer algunas horas de asesoramiento jurídico gratuito a las personas víctimas de delitos penales y ayudan a cualquier persona sin recursos económicos (de nacionalidad suiza, migrante o sin papeles) a rellenar los documentos para solicitar asistencia jurídica gratuita. La persona que actúa como representante legal podrá ayudar a la víctima a redactar una denuncia penal, una solicitud de medidas de protección de la unión conyugal, de separación o de divorcio. De este modo, la víctima podrá recibir acompañamiento a lo largo de los procedimientos legales.
Las consecuencias de la violencia en la salud general de las personas se reconocen y tratan cada vez mejor. La red sanitaria ofrece cuidados y un seguimiento a las víctimas. El personal médico también puede expedir un certificado médico después de un episodio de violencia (física, sexual o psicológica). Será más fácil reconocer la violencia en un procedimiento judicial si está certificada por una persona del sector médico. Por precaución, el certificado médico puede permanecer en el historial médico de la víctima.
Los servicios sociales regionales pueden proporcionar ayuda económica o administrativa a las personas que la necesiten; estas también pueden solicitar prestaciones de desempleo en la oficina de empleo de su región. Las personas que no hayan cotizado al seguro de desempleo también pueden solicitar dichas prestaciones. Las únicas condiciones son la aptitud para la colocación (que implica, en particular, contar con una solución para guardar a los/as niños/as menores) y la búsqueda activa de empleo. Las oficinas regionales de colocación también preparan a las personas para que encuentren trabajo y pueden proponerles formación complementaria.
Estos servicios tienen como objetivo proteger los intereses de la juventud y de la infancia. Por orden judicial, pueden organizar los derechos de visita o custodia a la espera de la decisión oficial o después de ella.
Algunos servicios ofrecen asesoramiento de pareja centrado en la violencia. El objetivo de este asesoramiento es hablar de las diferentes formas de violencia y ponerles fin. Requiere la participación de ambas personas de la pareja.
Siempre que no haya más violencia, los miembros de la pareja pueden considerar la posibilidad de una terapia de pareja o de una consulta conyugal. Sin embargo, cualquier nueva amenaza o agresión debe llevar a la víctima a interrumpir el procedimiento. El miedo podría hacer que dejara de expresarse libremente y de hacer valer su punto de vista.
Atención: algunas personas que provienen de un proceso migratorio y que tienen un permiso distinto al permiso de establecimiento (permiso C) corren el riesgo de perder su derecho a permanecer en Suiza si se separan o divorcian. Por lo tanto, se les debería orientar sistemáticamente a un servicio de asistencia jurídica especializado que pueda proporcionarles información y acompañarlas en los trámites.
Aunque generalmente no lo admita, la persona que ejerce la violencia es la única responsable de sus actos. Debe tomar conciencia y darse cuenta de la gravedad de las consecuencias de la violencia sobre su pareja y sobre sus hijos/as.
Hablar alivia y permite buscar una salida a la violencia. Si la persona no quiere abrirse y hablar contigo, dile que puede formular sus preguntas de forma anónima en esta página web. Una persona especializada en situaciones de violencia de pareja le responderá en un plazo de 3 días laborables.
La persona que se comporta de manera violenta puede sentir un verdadero y doloroso sentimiento de culpa. Al no lograr salir de la espiral de violencia, su autoestima también se verá perjudicada. Es necesario que la persona pueda expresar este sufrimiento, aunque no justifique de ninguna manera la violencia.
- Recuérdale que la violencia no es una pérdida de control, sino una forma de tomar el control
- Muéstrale que hay otras formas de expresar la ira o la frustración
- No dejes que utilice su dolor para justificar o excusar su violencia
- Dile que la otra persona debe poder vivir con dignidad y merece respeto y estima
Mantén un discurso firme e intransigente sobre la violencia. La persona que actúa con violencia tiene que oír que el uso de la violencia nunca es justificable y que no resuelve ningún problema, al contrario.
- Aunque no admita los actos de violencia, condénalos
- Dile que no hay excusas para recurrir a la violencia
- Recuérdale que en otras situaciones es capaz de resolver los conflictos sin recurrir a la violencia
- Confírmale que la violencia perjudica el futuro de sus hijos/as, incluso si no son testigos directos de los episodios de violencia.
Ante la violencia, las personas cercanas se sienten incómodas, impotentes y tienden a alejarse. Pero cuanto más aislada se encuentre la persona que ejerce la violencia, más se limitará a mantener la violencia en el hogar.
- Llámala y pregúntale cómo está
- Proponle veros fuera de casa
- Dile que estás ahí, que estás a su disposición.
Aunque no se den golpes, la violencia de pareja hace que la pareja y sus hijos/as se vuelvan frágiles y sufran. Por lo general, se necesita ayuda externa para todos los miembros de la familia.
Con cada acto violento, la persona que ejerce la violencia se aleja un poco más de las personas cercanas y de sí misma. Debe comprender la gravedad y las consecuencias de sus actos.
- Informa a la persona que ejerce la violencia del sufrimiento que provoca la violencia en sí misma y en las personas cercanas
- Anímala a buscar ayuda para poner fin a la violencia hacia su pareja
- Dale las direcciones de los servicios que pueden acompañarla para salir de la violencia.
La persona que agrede a su pareja puede recibir ayuda para dejar atrás la violencia. Existen servicios especializados que enseñan a reconocer la ira y a manejarla antes de que estalle y se convierta en violencia. Pedir ayuda requiere valor, pero dar este paso conlleva alivio y cambios significativos. Es importante animar a la persona violenta a que los consulte.
El primer objetivo de los servicios para una persona que actúa con violencia es ayudarla a detener el mecanismo de la violencia. La prioridad es la seguridad de las víctimas y poner fin a la violencia física.
No obstante, también se abordan otras formas de violencia: psicológica, económica y sexual.
Las competencias desarrolladas en los servicios para personas que ejercen violencia permiten reducir la tensión durante los conflictos y encontrar otras formas de resolverlos sin violencia. También se busca desarrollar una relación de igualdad entre los dos miembros de la pareja. Se presta especial atención a la relación padre/madre e hijo/as.
Los servicios especializados permiten a la persona que ejerce la violencia ver que no está sola con este tipo de dificultad. El trabajo en grupo, en particular, le permite beneficiarse de la experiencia de personas que ya han encontrado alternativas a la violencia. Los testimonios de estas personas le consuelan con la esperanza de que es posible salir de la violencia.
Desafortunadamente, las personas violentas a menudo piden ayuda en el último momento. Muchas se deciden cuando ya no les queda otra opción: la pareja ha tomado la decisión de irse, ya ha iniciado un procedimiento de separación o ha presentado una denuncia.
A veces, el riesgo de no volver a ver a sus hijos/as es lo que las empuja a tomar la decisión.
Los servicios para personas que ejercen violencia no ofrecen terapia de pareja ni asesoramiento de pareja. Para emprender este camino, es necesario que la persona que ejerce la violencia haya dejado de hacerlo. Cada nueva agresión o amenaza anula este camino.
Bajo el efecto del miedo, la víctima podría dejar de expresarse libremente y de defender su punto de vista.
Algunos servicios también ofrecen asesoramiento de pareja centrado en la violencia. El objetivo de este asesoramiento es abordar las diferentes formas de violencia y ponerles fin. Requiere la participación de los dos miembros de la pareja.
- Dépistage, soutien et orientation des personnes victimes:
- Protocole d'intervention "DOTIP" (édition jurassienne, 2004)
- Exemple de constat de coups et blessures
Gillioz, L., et al., Voir et Agir. Responsabilité des professionnel·le·s de la santé en matière de violence à l'égard des femmes. Médecine et Hygiène, 2003, Genève.
Répondre aux violences faites aux femmes – Guide pour les entreprises (Fondation FACE, 2016)
http://www.fondationface.org/wp-content/uploads/Guide_A5_Face_FR.pdf